Por castigo y no divino, tienes que rentabilizar tus ahorros por encima de la inflación para que no pierda poder adquisitivo. La inflación aunque domesticada aún se sitúa en el 3,2% y la subyacente en el 4,5% gracias al abaratamiento de los carburantes y a una subida en los alimentos menos pronunciada. Si dejas tu dinero en la cuenta corriente irá poco a poco consumiéndose mientras estos días te vas de comida de Navidad, decoras tu casa o vas a ver a tu familiares. Es el inexorable paso del tiempo en versión financiera, del cual la ofertas de cuentas remuneradas en España no son el remedio suficiente aunque sea indefinido como el 2,5% del Banco Sabadell. Tu dinero necesita ejercicio y vitaminas, y no porque mires hacia otro lado el problema desaparecerá entre polvorones, anís, champán o uvas.
Por condena tendrás que hacerlo de una forma diversificada para tratar de ser el nuevo Dorian Grey financiero, evitando que el reloj de arena corran en tu contra.
NO es inteligente invertir todo en metales de inversión, o todo en renta variable, o todo en crowdlending, o todo en inmuebles o todo productos asegurados con participación en beneficios. Por mucho que te guste el chocolate, si te pasas te hartas. Si sólo te alimentas tú y tu dinero de un único activo, te empachas e incluso llega a aborrecer ese activo. Lo inteligente es hacerlo con diversos horizontes temporales como si fuese una comida con un primer plato (corto plazo), con un segundo plato (medio plazo) y un postre (largo plazo); y que cada plazo sea rico en distintos nutrientes. En definitiva, un cóctel explosivo para defenderte de Chronos y su guadaña.
Nada es la panacea, ni si quiera el S&P500, de hecho debes construir un portafolio de inversión inteligente que cuando unos activos bajen, otros suban como el oro, correlacionado inversamente con la renta variable y el dólar. No te dejes engolosinar con el growth o el value porque el quality y el retorno absoluto también tienen su sitio, y tienes que abrir tu mente a nuevas opciones de inversión como el crowdlending hipotecario o las criptomonedas aunque no hayas oído nunca sobre ellos porque te vas a llevar una alegre sorpresa. Te puede pasar como a mí con las camas de matrimonio. Yo soy de toda la vida de cama de matrimonio cariñoso, 135 cm, hasta que probé en mis propias carnes lo que suponía disfrutar de una de 160 cm. Ya me decía mi madre… sin probarlo no puedes opinar.
Olvídate de la famosa frase de los casinos, “todo al rojo”, porque no estamos para jugarnos nuestro dinero sino para invertirlo, lejos de las ruletas rusas. Nos cuesta mucho ganarlo y guárdalo como para usar el verbo “jugar” con él. Se juega con una pelota pero no con el instrumento que te va a permitir cumplir con objetivos vitales.