En la era de los fininfluencers, donde los consejos de inversión se reparten como píldoras milagrosas en redes sociales, los fondos indexados y ETFs (Exchange Traded Funds) se han convertido en los estandartes de una supuesta revolución financiera. Se venden como la panacea para el inversor promedio: bajos costes, diversificación automática y rendimientos “asegurados” por replicar el mercado. Pero detrás de esta narrativa simplista se esconde una realidad mucho más compleja, y potencialmente peligrosa, que amenaza con socavar la estabilidad financiera global.
La Ilusión de la Simplicidad
Los fondos indexados y ETFs se basan en la premisa de que es mejor replicar el mercado que intentar superarlo. Esta filosofía, conocida como inversión pasiva, ha ganado adeptos por su aparente eficiencia. Sin embargo, esta misma simplicidad es su mayor debilidad. Al replicar índices sin discriminación, estos vehículos de inversión terminan alimentando una concentración excesiva en ciertos activos, exacerbando burbujas y distorsionando los precios.
El BCE Lanza una Alerta: Riesgo Sistémico en Auge
En su Financial Stability Review de noviembre de 2024, el Banco Central Europeo lanzó una advertencia contundente: el auge de la inversión pasiva —representada por fondos indexados y ETFs— podría “socavar la estabilidad financiera” del sistema. El BCE señala tres riesgos clave:
- Aumento de la correlación entre activos, lo que reduce la capacidad del mercado para absorber shocks.
- Concentración excesiva en ciertos valores, especialmente en sectores tecnológicos y grandes capitalizaciones.
- Reducción de la liquidez intradía, que puede amplificar caídas en momentos de estrés.
Además, el BCE advierte que la gestión automatizada y la falta de supervisión activa pueden provocar ventas masivas sincronizadas, exacerbando la volatilidad y dificultando la recuperación de los precios. En otras palabras, cuando todos replican el mismo índice, el mercado se convierte en una máquina sin frenos.
¿Una Burbuja Silenciosa?
La popularidad de los fondos indexados ha crecido de forma exponencial. Entre 2011 y 2024, el volumen gestionado por estos productos se ha multiplicado, alcanzando cifras que rivalizan con los activos gestionados activamente. Esta expansión ha sido impulsada por una narrativa de bajo coste y rendimiento estable, pero ¿a qué precio?
Al no discriminar entre empresas buenas y malas, los fondos indexados inyectan capital en compañías que no lo merecen, distorsionando los fundamentos del mercado. En caso de una corrección severa, la salida masiva de capital de estos productos podría amplificar la caída, generando un efecto dominó de proporciones sistémicas.
Comisiones: ¿Realmente Tan Bajas?
Uno de los argumentos más repetidos por los defensores de la inversión pasiva es el de las comisiones reducidas. Sin embargo, esta afirmación merece ser matizada. En mercados como el español, los fondos indexados siguen siendo significativamente más caros que en otros países europeos. Según datos recientes, la comisión media en España ronda el 0,70%, frente al 0,20% en Italia.
Además, los ETFs, aunque más eficientes en términos fiscales, pueden implicar costes ocultos como el spread de compra-venta, comisiones de custodia y gastos de transacción. El inversor minorista, seducido por la promesa de eficiencia, podría estar pagando más de lo que cree.
La Falacia de la No Gestión
La inversión pasiva se presenta como una alternativa “sin esfuerzo”, ideal para quienes no quieren dedicar tiempo a analizar mercados. Pero esta falta de gestión activa tiene consecuencias. En momentos de alta volatilidad, los fondos indexados y ETFs no reaccionan. No hay un gestor que tome decisiones estratégicas, lo que deja al inversor completamente expuesto a los vaivenes del mercado.
Además, esta pasividad perpetúa el statu quo. Las empresas incluidas en los índices reciben capital automáticamente, sin importar su desempeño ético, ambiental o de gobernanza. Esto contradice los principios de inversión responsable y sostenibilidad que muchos inversores dicen defender.
Fininfluencers: ¿Educadores o Vendedores?
El papel de los fininfluencers en la popularización de estos productos no puede ser ignorado. Con miles de seguidores y una retórica simplificada, muchos de ellos promueven los fondos indexados y ETFs como si fueran productos sin riesgo. Esta banalización de la inversión es peligrosa. La falta de contexto, análisis profundo y advertencias sobre los riesgos reales convierte a estos consejos en propaganda más que en educación financiera.
Conclusión: ¿Inversión o Automatismo?
Los fondos indexados y ETFs han democratizado el acceso a los mercados, eso es innegable. Pero su éxito ha creado una falsa sensación de seguridad. La inversión no puede reducirse a replicar un índice. Requiere análisis, criterio y responsabilidad. En un entorno cada vez más complejo, confiar ciegamente en la pasividad puede ser el mayor riesgo de todos.
La inversión inteligente no es la que sigue al rebaño, sino la que cuestiona sus pasos.
Un saludo desde Sherwood.
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