Deuda pública: tu peor pesadilla

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y parece que muchos ahorradores no aprendieron del año pasado que la renta fija es peligrosa. De hecho, la renta fija internacional arrojó en el 2022 unas pérdidas del 17%. Pues, además del riesgo de tipos de interés, que es al que se expone uno cuando suben los tipos de interés (aviso que no ha terminado la fiesta de los banqueros centrales), y que provoca que baje el valor de títulos ya emitidos, está el riesgo de crédito. Dicho riesgo lo podemos dividir en 2: riesgo de liquidez, que el emisor sea solvente patrimonialmente, tenga activos, pero no tenga liquidez para hacer frente al pago del bono; y el riesgo de solvencia, deterioro de la situación económica del emisor y pérdidas económicas. Y estos dos sub-riesgos  son los que ciernen sobre las cabezas de los ahorradores más conservadores de manera silenciosa.

 

Detrás de una letra del Tesoro de España, se encuentra un Estado con déficit entorno al 2%, incumpliendo los criterios del tratado de  Maastricht para formar parte de la Unión Europea.  Sus ingresos están por debajo de sus gastos, riesgo de solvencia; y está altamente endeudado, 112% del PIB. Como no genera ingresos suficientes para hacer frente a sus obligaciones de pago, paga sus deudas emitiendo más deuda, ¡patada para adelante! Y esa patada no puede ser indefinida, todo tiene un límite, como los hogares españoles en el 2008 con la crisis de las hipotecas subprime, y llegará un momento de colapso.

 

Y lo preocupante es que este fenómeno no es aislado. De hecho muchos economistas hablan de cómo la próxima gran crisis, será de deuda. Si miramos hacia Europa, vemos cómo el ratio de endeudamiento de Italia es el 140%. Estando ésta última entre las 7 economías capitalistas más relevantes del mundo y teniendo calificación de triple B, BBB,  a punto de pasar a tener la categoría de bono basura con alta probabilidad de impago.

Deuda Pública

 

Pero si cruzamos el charco, la cosa no pinta mejor. Año tras año, vemos como la potencia número 1 del mundo, USA, tiene que aumentar su techo de gasto y de deuda para poder satisfacer sus compromisos de pago, llegando incluso a hablarse durante días de la posibilidad de entrar en default como ya hizo en el 2022 Grecia.  Hasta el punto que la agencia de calificación Fitch redujo el verano pasado el rating de la deuda americana.

 

Los Estados se sobre endeudaron durante el covíd, durante 3 meses se emitió multiplicado por 5 la deuda que se había emitido hasta la fecha en los últimos 20 años. Y esa deuda hay que devolverla… si se puede… y si no… se impagará.

 

¿Quién puede pensar que puede quebrar un Estado, verdad?, pues no hace falta irse a Sudamérica para poner un ejemplo como el de Argentina o Brasil. En la vieja Europa, Grecia nos enseñó lo que le ocurre a los Estados que gastan y se endeudan por encima de sus posibilidades como el español o el italiano actualmente. Y esta circunstancia se acaba de poner de manifiesto de nuevo en Reino Unido esta semana con la quiebra del ayuntamiento de Birmingham.

Deuda Pública

La clase política gasta su presupuesto público para contentar a su electorado, y perpetuarse en el poder, no para gestionar correctamente un país; y si no, pregúntate ¿por qué no hay dinero para pagar las pensiones públicas y sí para pagarle a todo jovencito de 18 años 400€ para ir al cine o al teatro?

 

Espero que no seas de los que ha hecho cola para comprar letras del Tesoro o tengas un fondo de renta fija o renta mixta de corte conservador, porque sin tu saberlo, puede que estés invirtiendo sobre esta deuda soberana pensando que es segura, y nada más allá de la realidad.

 

La semana próxima hablaremos en el mismo sentido sobre lo que llaman el Great Investment, ¿nueva moda?; así como de los bancos y su Fondo de Garantía de Depósitos.